lunes, 18 de enero de 2010

Loco restaurante de Rose Bourbon. Sábado 9 de enero de 2010

Un grupo de amigos quedamos para ir al “Loco Restaurante de Rose Bourbon”. El grupo helado, por la gélida noche madrileña, sube desde Sol hacia el local. Una vez dentro, nos reciben unas señoritas vestidas de ángeles y unos caballeros de demonio. Sorprende que los camareros vayan disfrazados, más si como era mi caso, desconocía este punto. La luz del restaurante era tenue, supongo que a causa del espectáculo que vendría después, por lo que no pude valorar mucho su decoración.



Nuestra mesa estaba preparada para 10 comensales. Al sentarnos me sorprende el poco espacio que existe entre una mesa y otra, y me pregunto si cuando llegue la gente de la mesa de al lado, va a quedar sitio para que pasen los camareros. Este hecho se pone de manifiesto cuando nos sirven, pues no hay más remedio que dejar los platos en los extremos de la mesa e ir pasándolos entre nosotros. Desde mi punto de vista, inaceptable, ya que los camareros deberían servir a todos los integrantes de la mesa. Este problema se acentúa aún más cuando durante el espectáculo nos dicen: “¡Todos de pie!” y no nos podemos levantar porque no cabemos, son las sillas o nosotros, y como no veo factible montar el numerito encima de la silla, permanezco en una postura de contorsionista de circo, que en lugar de bailar parecía que me estaba dando un telele...


Volviendo al objetivo gastronómico de este blog, procedemos a pedir varios platos para compartir y, de esta forma, poder probar un poco de todo. En mi sección de mesa empezaron sirviéndonos una ensalada mixta de la casa (10€). Para mi gusto muy fuerte, llevaba una salsa de mostaza que en la carta no se indicaba en ningún momento, y un montón de aceitunas demasiado fuertes, por lo que el plato no me terminó de convencer.


En el otro lado de la mesa se pidieron de entrada una tortilla de patatas (12 €), les quité un trocito y ¡en qué hora! Eso no puede ser considerado tortilla de patatas, ¡ni siquiera tortilla! Nunca había probado un tortilla tan "especial", además, las dos salsas que traía eran Kétchup y mayonesa... Vamos, una desilusión...


No he comentado que los platos se sirvieron todos a la vez, aunque siga mi orden. El plato que degusté a continuación fue wok de verduras con pollo (15 €). Estaba rico, nunca había probado un wok, sí, a la comida oriental y a la china en particular, le tengo un poco de fobia. Pero me gustó, estaba aceptable y me ayudó a animarme para el resto de platos.


Entre tanto comenzó el espectáculo. Éste era divertido y te entretenía mientras se dedicaban a bailar y a cantar, pero cuando se dejaba en manos del “protagonista” me parecía un espectáculo anticuado, un quiero y no puedo, quiero escandalizarte pero no puedo porque estamos en el 2010, no en el 1980. ¡Actualícese, por favor! Por otro lado, destacar el dolor de cuello que me proporcionó, ya que el escenario era mínimo y no se veía bien desde todos los lados. Si, el nuestro era uno de esos lugares, o veía el que se sentaba al lado o yo.


Continuando con los platos, probé el revuelto de morcilla (14 €). La primera sorpresa fue al comprobar que no llevaba morcilla ni piñones, era un revuelto de calabacín con jamón por encima y a diferencia del resto de raciones hasta el momento, cuyo tamaño era normal, ésta era escasísima. En este momento me termino de desanimar culinariamente para el resto de la noche, menos mal que estaba entre amigos.


Otro detalle, cada cierto tiempo (15 minutos, más o menos) olía una fragancia y pensaba: ¿quién se ha echado tanta colonia cutre? Hasta el momento en que una gota de ambientador cayó sobre mi cabeza :-(.


Seguí con la Musaka (13 €), que estaba buena, aunque con el hastío del resto de comida, no sé si estaba buena porque era buena o, bien, porque era mejor que el resto. Luego llegó el turno de las fajitas de pollo (16 €), para no desentonar, el pollo normalucho y la verdura poco hecha, lo justo para templarla. Vamos, el plato en la línea.


Para finalizar, huevos estrellados con jamón ibérico (15 €). Pedimos esta ración para completar y saciarnos... Eran patatas congeladas con 2 huevos fritos por encima. Elaboración 0, 15 € por poner la freidora y freír unas patatas y 2 huevos, me parece de juzgado de guardia.


Como el espectáculo continuaba, pedimos el postre esperando que fuese mejor. Me pedí unos profiteroles y, para mi alegría, ¡me gustaron! Eran de chocolate con nata y algo que lleve chocolate es difícil que este malo :-P. La pega fue la camarera, un ángel con dos coletas y cara de pocos amigos, que nos atendió con desgana y nos transmitió la poca ilusión que le hacía servirnos. Es una pena que no se den cuenta de que están ofreciendo un servicio. Por cierto, los postres tardaron 20 minutos en llegar y sin cuchara, que vinieron 5 minutos después y las tiraron encima de la mesa, que no tenía mantel...


Pagamos la cuenta cuando terminó el espectáculo y en ese momento empezaron a desalojar las mesas para adecuar el local como discoteca. Cobrar 10 euros por entrar es más importante que la gente que ha cenado disfrute de una sobremesa a gusto.


Mi puntuación (de 1 a 5):

Comida: 0,5.
Atención: 1,5 (Porque el segurata era un cachondo, sino 0,5)
Local: 1,5.
Precio: 30 - 50 €.





Puntuación final: 0,8



La próxima vez procuraré acompañar el reportaje con foticos, que esta vez me olvidé la cámara :-(. ¡Hasta la próxima comilona, que esperemos sea de verdad!